La contaminación cruzada se produce cuando existe una transferencia de bacterias, gérmenes y otras sustancias de una superficie a otra. Esta transferencia se puede dar de forma directa o indirecta, es decir, de un alimento a otro, o de un elemento mediador (como pueden ser las manos, boca, o un utensilio o superficie) a un alimento. 

Los agentes contaminantes pueden ser de origen:

• Biológico: bacterias, hongos, virus…
• Físico: pelos, plásticos, fragmentos de cristales…
• Químico: plaguicidas, desinfectantes, fertilizantes… 

Esta contaminación cruzada de alimentos se asocia de forma general a una higiene incorrecta de las manos, de los utensilios que se usan o de la incorrecta desinfección de superficies en las cuales se lleva a cabo la preparación de comidas.

¿En qué nos afecta la contaminación cruzada?

Una limpieza o una desinfección incorrecta de manos, utensilios o superficies puede derivar en problemas de contaminación cruzada. Y estos problemas pueden afectar la salud de los usuarios, de los clientes y de los trabajadores, originando intoxicaciones, malestar, contagios, molestias, alergias y otras dificultades. 

Por ejemplo, si comes un alimento infectado puedes experimentar efectos similares a los que producen las alergias alimentarias o a los de una gastroenteritis (urticarias, diarreas, náuseas, vómitos, etc.). Además, dependiendo de tu estado de salud, puede que la reacción de tu cuerpo sea más o menos grave. Por tanto, es extremadamente importante seguir de forma muy estricta los protocolos de higiene y desinfección adecuados a cada sector. 

¿Dónde está presente la contaminación cruzada?

La contaminación cruzada aparece en todos los sectores, muy especialmente en aquellos espacios que tienen un gran volumen de tráfico de personas y mucha actividad. Justo en estos ambientes es donde hay que extremar muy especialmente las precauciones para evitar el traspaso de bacterias. 

Los sectores más vulnerables a la contaminación cruzada son el sector sanitario y la industria alimentaria, ya que cualquier alteración en las superficies, utensilios o alimentos puede tener consecuencias graves. 

Por ejemplo, en los servicios de comida existen puntos de riesgo que raramente se desinfectan y a los que habitualmente se les pone poca atención, pero que también podrían acarrear problemas de contaminación cruzada, como los menús de papel o plastificados, el dinero (monedas y billetes), los recipientes para especias y condimentos, elementos textiles (uniformes, monos, delantales, paños de cocina…) y dispositivos electrónicos (tablets, pantallas táctiles, smartphones…). Todos estos puntos de riesgo y superficies albergan virus y bacterias, por lo que habría que incluirlos dentro del protocolo de limpieza y desinfección.

Por otro lado, los baños públicos son también un ambiente muy propicio para el crecimiento y desarrollo de bacterias. Son lugares con un gran tráfico de personas y con muchos puntos de contacto: las puertas de acceso a los baños, los dispensadores de papel higiénico, el grifo, etc. Estas superficies se cubren de bacterias y gérmenes que después se esparcen por toda la instalación. Por ello, en este tipo de espacios, se debe seguir un protocolo de limpieza correcto y estricto. 

¿Cómo evitar la contaminación cruzada?

Como la contaminación cruzada aparece en todos los sectores, en todos ellos se deben implantar protocolos de higiene y desinfección adecuados a las necesidades específicas de cada sector y a las zonas y superficies que se deben de tratar. Además, hay otra serie de medidas importantes que de se pueden llevar a cabo:

• Formar al personal sobre los protocolos de higiene y desinfección establecidos y supervisar en todo momento el cumplimiento de los mismos.
• Fomentar el lavado de manos entre los trabajadores, usuarios y clientes.
• Aumentar la frecuencia de limpieza y desinfección, especialmente en las zonas con mayor tráfico de personas y puntos de contacto.
• Utilizar productos profesionales eficaces y seguros que eviten la contaminación cruzada y que puedan llegar a cualquier superficie.
• Renovar los útiles de limpieza con frecuencia y reservar algunos para un solo uso.

Especialistas en limpieza y desinfección

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